9 minutos | revista 01/2022
Alta tecnología de la época imperial
La mañana del 8 de enero de 2016, como cada día de colegio, numerosos niños se dirigen en bicicleta al transbordador colgante de las afueras de Rendsburg. La ruta más corta para llegar a sus escuelas en la pequeña ciudad del norte de Alemania es a través del canal de Kiel.
Grúas Liebherr reconstruyen el puente transbordador dañado de Rendsburg
Suspendido de largos cables de acero bajo un puente ferroviario elevado, el transbordador, este medio de transporte de aspecto nostálgico de la década de 1910, lleva automóviles, peatones y ciclistas a través de la concurrida vía fluvial. La travesía, que dura apenas dos minutos, supone siempre un pequeño y placentero descanso para los niños. Sin embargo, esta mañana de enero, el viaje a la escuela termina por el momento en el embarcadero. El transbordador cuelga muy dañado e inmóvil en medio del canal. Los barcos de salvamento están llegando. Un gran espectáculo para los más pequeños. A primera hora de la mañana, la góndola del transbordador flotante había chocado con un buque de carga en la oscuridad.
Acero, acero, acero: Grandes remaches caracterizan las superficies de la estructura de acero del puente. Más de tres millones de remaches mantienen unida la impresionante construcción.
Los daños sufridos por el barco y el transbordador fueron enormes. Dos personas resultaron heridas en la góndola, que no estaba muy concurrida a esa hora del día. El histórico vehículo que colgaba bajo el puente del ferrocarril, y que se remontaba a la época del Imperio Alemán, no tenía arreglo. En los siguientes meses, se desmontó por completo junto con su chasis a una altura de unos 40 metros. El pasado otoño se volvieron a instalar los componentes completamente nuevos del sistema del transbordador. En los trabajos de reparación, varias de nuestras grúas fueron piezas clave.
El puente ferroviario elevado de Rendsburg es uno de los monumentos técnicos más destacados de Alemania. Se construyó entre 1911 y 1913 y forma parte de la línea ferroviaria a Dinamarca. La altura libre para los barcos del canal que operan entre el Mar del Norte y el Mar Báltico es de 42 metros. Para los trenes, la pendiente para alcanzar esta altura comienza kilómetros antes del canal. Pero lo que hace que este puente de acero, sujeto con millones de remaches, resulte tan especial es la góndola suspendida de su parte inferior, que ofrece paso gratuito a través del cauce mientras «flota» a unos tres metros por encima de la superficie del agua. Solo hay ocho transbordadores flotantes de este tipo en funcionamiento en todo el mundo. Sin embargo, el extravagante vehículo de Rendsburg es el único que cuelga de un puente ferroviario.
Más del doble de acero que la Torre Eiffel
Estética técnica o técnica estética: La estructura del puente, que ahora es un edificio protegido, fue celebrada como una obra maestra de la ingeniería hace unos 110 años.
Además, sus dimensiones totales son enormes. Para la construcción de acero del puente y la rampa, de casi 2500 metros de longitud, se utilizaron 17 300 toneladas de acero. Más del doble de la cantidad necesaria para construir la Torre Eiffel de París. La estructura, con una longitud total de 7,5 kilómetros, se completó en menos de tres años. Parece increíble, sobre todo porque más de 100 años después se ha tardado seis años en sustituir solamente el transbordador flotante. La burocracia, la contratación y los problemas técnicos, como la instalación de equipos de seguridad, han sido los causantes de esta demora. Además, la pandemia echó por tierra el plan de las autoridades encargadas de la administración de vías navegables y navegación para reparar el sistema lo antes posible. La planificación se corrigió varias veces y la reanudación del tráfico de lanzaderas a través del canal se pospuso una y otra vez. El verano pasado, por fin llegó el momento: la nueva estructura del transbordador se completó y se pudo reinstalar.
Trabajo en equipo: Stefan Heldt, director general de Wille & Dulies Krane GmbH (derecha), planificó los trabajos de la grúa en el puente elevado de Rendsburg junto con Ralf Rohwer, de la empresa de construcción metálica y de acero del mismo nombre. Fotografía: Ines Krisch / Rohwer Stahl- & Metallbau GmbH
Cabezales de rodillo extremadamente cerca de la estructura del puente
En septiembre, las grúas móviles de Wille & Dulies Krane GmbH de Harrislee, cerca de Flensburg, con la ayuda de Wille-Krane de Kiel, se desplazaron varias veces a Rendsburg. En la obra de la orilla sur del canal, la primera etapa consistió en instalar la sección de accionamiento con dos grúas directamente bajo el nivel del puente a una altura de más de 40 metros. Para ello, además de una moderna grúa móvil de 250 toneladas, se colocó en la orilla el vehículo más potente de la flota de grúas de Wille, una LTM 1450-8.1.
A los dos conductores de las grúas, Florian Clausen y René Nestler, les esperaba un trabajo bastante complicado. Para la elevación en tándem, cada uno de ellos instaló su grúa Liebherr a un lado del monumental pilar de entramado. «Como el carro es más estrecho que la propia estructura del puente y las puntas de las plumas telescópicas tenían que acercarse mucho al puente, la instalación fue bastante complicada», explica Ralf Rohwer sobre los retos en la obra. Junto con su empresa, especializada en la construcción de acero y metal, Rohwer llevó a cabo la instalación del nuevo sistema de transbordadores del monumento arquitectónico. «En el complejo proceso de colocar los rodillos de las unidades motrices del vagón sobre los rieles, a veces disponíamos de apenas 50 centímetros de espacio libre entre el puente y las cabezas de los rodillos».
Pronto volverá a flotar por sí misma: Dos grúas móviles de Liebherr elevan la nueva góndola de 44 toneladas desde el pontón ubicado en tierra. En el transbordador caben cien personas y cuatro automóviles. Fotografía: Ines Krisch / Rohwer Stahl- & Metallbau GmbH
Viaje marítimo: El viaje del pontón hasta Rendsburg fue de unos 200 kilómetros. En Brake (Unterweser), los componentes del nuevo transbordador flotante se fabricaron en un periodo de construcción de dos años. Fotografía: Ines Krisch / Rohwer Stahl- & Metallbau GmbH
El equilibrio preciso de la carga en los ganchos de la grúa, la elevación propiamente dicha y la difícil instalación en la parte inferior del puente llevaron muchas horas. Por último, la grúa más grande tuvo que desplazar e instalar el accionamiento en un lado del carro, un trabajo también delicado de cuestión de centímetros a gran altura y, por tanto, una vez más, un pequeño reto para todos los implicados. «Sin embargo, al final todo salió muy bien», nos cuenta Rohwer, muy satisfecho con el éxito de la instalación.
Único en su especie: El puente transbordador de Rendsburg es el único en el mundo que cuelga de un puente ferroviario. La góndola nece - sita algo menos de dos minutos para recorrer los 140 metros. Esta es una imagen de antes del accidente.
Espacio para cuatro coches y 100 personas
Una semana después, la elevación del transbordador propiamente dicho, la llamada plataforma de conducción, se había convertido en un procedimiento más bien rutinario. Esta vez se emplearon dos LTM 1450-8.1 y, en comparación, su misión resultó más sencilla. Las grúas móviles levantaron la góndola de 44 toneladas del pontón que había sido remolcado al puente elevado por la mañana. La carga se alineó con precisión y se colocó sobre soportes de madera bajo el puente elevado. En esta posición, la góndola blanca del transbordador se pudo suspender del carro mediante cables de acero.
En el futuro, el transbordador colgante de Rendsburg podrá transportar hasta cuatro coches y cien personas en su góndola de transporte. La nueva construcción, que se asemeja visualmente a la original, tardó dos años en construirse en Brake, cerca de Bremen, y fue remolcada por agua a través del Weser, el Mar del Norte y el estuario del Elba hasta Brunsbüttel y, desde allí, por el canal de Kiel hasta Rendsburg.
Los viajeros y los turistas esperan que, tras los meses de invierno, el tiempo de la fase de prueba y los recorridos de ensayo de la nueva instalación de transbordadores lleguen a su fin y se pueda reanudar el funcionamiento regular. Pero, los que más se alegrarán serán sin duda los niños, que han pasado varios años teniendo que dar un rodeo para llegar a la escuela y que están deseando recuperar su merecido descanso mañanero en el transbordador col - gante de la época imperial alemana.
Este artículo fue publicado en la revista UpLoad 01 | 2022.