8 minutos - revista 01 | 2023
¡Chu, chu! ¡Pasajeros al tren!
Por carretera, ferrocarril, barco: nuestras grúas hacen el trayecto de Ehingen a Erdenet, por ejemplo, en todo tipo de medios de transporte.
Cómo reduce las emisiones el ferrocarril.
Lo que parece obvio, no solo está separado por 8.400 km y seis semanas de trayecto, sino que también requiere la mejor planificación, adaptación a corto plazo y sensibilidad a la política climática y geopolítica. El transporte de grúas por ferrocarril es para nosotros una opción fiable, viable y respetuosa con el clima desde hace décadas. Por eso, después del viaje en barco de la última UpLoad, nos gustaría que esta vez nos acompañara en un viaje en tren. ¡Chu, chu! ¡Pasajeros al tren!
Varias veces por semana, hacia las 16:00 h, sale de la estación de Ehingen. Está a solo 2.500 metros de nuestra fábrica y, una vez finalizado el trabajo del jefe de carga de la Deutsche Bahn, que comprueba que los vagones alcanzan el peso máximo permitido de 56 toneladas, nuestras mercancías parten desde allí hasta Kiel, Lübeck, Rostock, Hamburgo, Bremerhaven y Amberes. El equipo de una grúa móvil ocupa de uno a tres vagones y se transporta en primera clase, por así decirlo. La propia unidad básica rueda hasta los puertos sobre su propio eje porque el gálibo de carga de los ferrocarriles de Europa Occidental no permiten llevarla a bordo.
Las grúas destinadas a los países de la CEI se transportan en transbordador desde el puerto de Kiel hasta Klaipeda (Lituania), donde se cargan en vagones de vía ancha. Los instaladores experimentados están ocupados durante aproximadamente una semana desmontando las placas de contrapeso, los plumines abatibles, las piezas pequeñas y, a veces, incluso las ruedas. También ayudan al personal de carga a sujetar los componentes de forma correcta y con seguridad en el vagón con resistentes cables de acero. Sin embargo, incluso aquí hay que esperar al visto bueno del jefe de carga para poder iniciar la marcha.
Melanie Spomer y Jens Bachmann explican cómo transportar grúas por ferrocarril.
«El transporte ferroviario genera enormes fuerzas y vibraciones», así lo describe Jens Bachmann. Como jefe de equipo encargado del envío de grúas en Liebherr en Ehingen, es responsable del transporte de grúas telescópicas, especialmente a países fuera de la UE. «Llevamos décadas enviando muchas de nuestras grúas sobre rieles a nuestros clientes de todas partes del mundo. Al principio, esto se debió principalmente a razones económicas: en un vagón caben hasta dos camiones y medio. Hoy en día, sin embargo, esta vía también destaca desde el punto de vista ecológico, por lo que aporta aún mayores beneficios. El vagón genera alrededor de un 60 % menos de emisiones de CO2 que el camión, y eso incluye el transporte del camión a la estación». Para Jens Bachmann, la zona de carga también es un argumento a favor: puede cargar 18,6 metros (en lugar de 13,6) en un vagón desde Ehingen.
Aunque el transporte lleva más tiempo, ¡el procedimiento es más sencillo!», añade su colega Melanie Spomer, que, como encargada del envío de grúas, presta servicio a los países de la CEI, Arabia Saudí, EAU, Omán y Catar, entre otros. Ella también conoce de primera mano los retos del transporte pesado internacional. «Al maniobrar, los vagones chocan bastante entre sí, aunque los vagones alemanes tienen resortes que amortiguan la mayor parte del golpe. No obstante, empaquetamos todo bien para el largo viaje desde Klaipeda: metemos en cajas de madera las piezas pequeñas, como los limpiaparabrisas y los faros, también para evitar robos. Aseguramos en palés las piezas pintadas y desembaladas. Pero a nuestro sistema de control, la parte más sensible de la grúa, las sacudidas durante días no le afectan en absoluto porque está muy bien protegido contra las vibraciones».
«Durante días» es casi un eufemismo. Uno de los clientes de Melanie Spomer es Erdenet Mining Corporation, con sede en la Erdenet mencionada al principio de este artículo. Esa ciudad no está situada en Europa Central, como Ehingen, sino en el país con menor densidad de población del mundo: Mongolia. Desde allí hay 400 km hasta el lago Baikal, 1.400 km hasta Pekín y más de 8.400 km hasta Ehingen, si se piensa en términos de rutas de grúas. «El transporte dura unas seis semanas y es fácil de explicar», dice Melanie Spomer. «La unidad básica viaja sobre su propio eje hasta el puerto de Kiel y allí se une al resto del equipo, que llega a la estación ferroviaria del puerto por ferrocarril. Todo el lote viaje en ferry a Klaipeda (Lituania), donde lo reciben nuestros instaladores. Cargan la mercancía en vagones de vía ancha y la envían a Erdenet, a 6618 km de Klaipeda. Tendrán que pasar 23 días para que los instaladores puedan recibir allí la grúa».
Esta LTM 1110-5.1 en vagón de vía ancha recorre más de 6600 kilómetros de Lituania a Mongolia.
Y esperemos que sana y salva. «En realidad, el mayor reto es entregar la grúa al cliente sin daños después de más de 8.000 km, muchas intervenciones y un desmontaje y montaje igualmente complejos. Y no hay que olvidar el tiempo de planificación de la ruta, especialmente en tiempo de guerras y crisis». Actualmente también hay que tener en cuenta los paquetes de sanciones y las normas de tránsito. «Siempre ha habido y sigue habiendo nuevos requisitos que tenemos que cumplir. Estudiamos la posibilidad de atravesar Rusia por tierra, así como la de llegar a Mongolia en barco a través de China», explica Jens Bachmann. Sin embargo, se descartó esta alternativa, al igual que la de evitar a Rusia a través de Georgia y Kazajstán. «Siempre estamos adaptándonos y adaptando nuestras rutas a nuevas situaciones y circunstancias, y tenemos que estar abiertos a alternativas». Al final, a menudo hay que sopesar entre una ruta sujeta a las incertidumbres actuales y un desvío que aumente el riesgo de daños debido a los numerosos transbordos.
Sin embargo, todos estos «desvíos» no han conseguido que abandonemos el ferrocarril como medio de transporte: De la estación de Ehingen a los puertos: este es el trayecto que recorren unos 200 vagones cada año. Por la vía de mercancías, separada del tráfico de pasajeros, llegan anualmente otras tantas para el fabricante de grúas móviles y sobre orugas, normalmente cargadas de material pesado como chapas de acero procedentes de Austria, Suecia y Sajonia-Anhalt. Y aunque los vagones reciban alguna que otra sacudida al maniobrar, el transporte ferroviario de Liebherr ahorra unos 700 camiones al año a los habitantes de Ehingen y a la huella de carbono. Y, por tanto, unas 300 toneladas equivalentes de CO2 para el medio ambiente, es decir, lo mismo que producen al año 200 personas que se desplazan diariamente en coche a su lugar de trabajo a 20 kilómetros de distancia.
Este artículo fue publicado en la revista UpLoad 01 | 2023.