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„¡Qué dimensiones más imponentes!“ Werner Schmidbauer ha visto muchas grúas en su vida. Algunas verdaderamente grandes. Pero cuando el propietario y director general de Schmidbauer Gruppe se desplaza en coche hasta la costa mediterránea en estos días de junio y vé cómo se yergue hacia el cielo esta enorme grúa de color amarillo brillante con su pluma de 150 metros de longitud, incluso un arrendador de grúas tan experimentado puede ser impresionado.

Y todavía queda un buen trecho hasta Port-Saint-Louis-du-Rhône. El puerto industrial está situado a casi 50 kilómetros al noroeste de Marsella, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. En primavera y verano de 2023, el puerto será el punto de partida de un nuevo capítulo de la transición energética. Siemens Gamesa Renewable Energy está construyendo el primer parque eólico flotante del Mediterráneo junto con las empresas energéticas EDF Renouvables y Enbridge. Para ello se colocarán tres aerogeneradores de 8,4 megavatios sobre cimientos flotantes especiales. Posteriormente, son remolcadas mar adentro y fijadas a unos 17 kilómetros de la costa de Port-Saint-Louis-du-Rhône mediante cables de anclaje a gran profundidad y sin grandes intervenciones en el lecho marino. Tanto los operadores como los científicos y ecologistas implicados, esperan que esta solución aporte importantes conocimientos sobre la generación de energía eólica marina más económica y que, al mismo tiempo, sea compatible con la biología marina y la ornitología.

Grúas para la transición energética

Los antecedentes complejos del proyecto y la integración entre ciencia e investigación fascinan a Werner Schmidbauer: „Nos consideramos colaboradores y codiseñadores de la transición energética. Tenemos décadas de experiencia y las grúas y maquinaria de construcción adecuadas para construir una infraestructura eficiente de energía renovable. „La mayoría de estas máquinas son de Liebherr.“ En el muelle Gloria de Port-Saint-Louis-du-Rhône, una LR 11350 extiende hacia el cielo su pluma de celosía de 168 metros. Para poder elevar cargas especialmente pesadas, la grúa está equipada con una PowerBoom: donde la pluma de celosía discurre paralela en la sección inferior a lo largo de una longitud de 80 metros en un diseño doble. Esto aumenta la capacidad de elevación de la grúa en casi un 50%. La LR 11350 tiene una capacidad de carga máxima de 1.350 toneladas y se diseñó principalmente para izar cargas pesadas en puertos o en aplicaciones industriales.

Una grúa de este tamaño no es para dejarla parada en el almacén. Se fabricó para nuestra empresa y se entregó directamente en la ubicación. Fue una entrega con mucha precisión.

Werner Schmidbauer, Grupo Schmidbauer

En realidad, el proyecto debería haber empezado a finales de 2021, recuerda Minka St. James, responsable de desarrollo comercial de Schmidbauer. „Pero sucedieron los confinamientos debido al coronavirus y los consiguientes retrasos en las entregas, que demoraron durante mucho tiempo la construcción de los cimientos flotantes. Fue una prueba de paciencia para todos los implicados.“

„Conseguir que la grúa especial funcionara en la exigente construcción del molino de viento fue un esfuerzo que realizamos conjuntamente con Liebherr“, informa Werner Schmidbauer. „Una grúa de este tamaño no es para dejarla parada en el almacén. Se fabricó para nuestra empresa y se entregó directamente en la ubicación. Fue una entrega con mucha precisión“. La LR 11350 se desmontó en piezas individuales y se transportó directamente desde la planta de Liebherr en Ehingen hasta Francia en más de 90 camiones. Se sumaron otros 45 camiones para equipamiento adicional. Quince expertos del equipo de grúas de gran tonelaje de Schmidbauer recibieron la LR 11350 en la zona portuaria, que había sido especialmente estabilizada con placas especiales y placas de acero adicionales. Junto con hasta cuatro técnicos de Liebherr, el equipo montó la grúa sobre orugas por primera vez en un mes y medio.

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Una obra sin planos

„El primer montaje siempre es una aventura. El viernes 6 de junio, las autoridades francesas dieron su aprobación en materia de seguridad y la prueba de carga final. El lunes siguiente pudimos comenzar“, explica Matthias Wirtz, jefe de proyecto de Schmidbauer. El ingeniero civil de 33 años lleva dos años y medio en la empresa de grúas y está especializado en proyectos de gran envergadura. „Esta tarea era inusual en muchos aspectos y, por tanto, también muy atractiva. Al fin y al cabo, no teníamos un plano para construir molinos de viento sobre cimientos flotantes. Pudimos calcular y simular digitalmente muchas cosas. Pero todo lo que ocurre en realidad cuando, por ejemplo, se produce una carga y descarga unilateral sobre un fundamento dinámico durante el montaje del rotor, sigue resultando fascinante hasta el final.“

La LR 11350 contaba con el apoyo de una grúa sobre orugas de 400 toneladas y una grúa móvil para los trabajos de asistencia más ligeros. „En tándem, es posible estabilizar muy bien el izado de los segmentos de acero de la torre del aerogenerador, que pesan hasta 130 toneladas“, explica Wirtz. „La perfecta interacción entre estos gigantes resulta especialmente importante cuando hay que elevar la góndola a una altura de unos 120 metros. La sala de máquinas del aerogenerador pesa nada menos que 260 toneladas. Cuando una carga suspendida de este tipo guarda una distancia de casi 50 metros entre la grúa y el gancho, además usando PowerBoom, cada movimiento de la grúa tiene que ser preciso.“

La clave está en la comunicación

Fabian Ueck está especializado en este tipo de trabajos milimétricos con componentes XXL superpesados. Este hombre de 48 años es un experimentado operador de grúas cuya carrera le ha llevado ya a una gran variedad de grandes obras de construcción en todo el mundo con las grúas más grandes de Schmidbauer: „En realidad, la construcción de aerogeneradores sigue siempre el mismo patrón. Pero esta instalación aquí en Francia es algo muy especial para todos“, afirma. Trasladar cientos de toneladas de carga con una grúa a una plataforma flotante y, por tanto, dinámica, supone todo un reto físico. Todo tiene que encajar. „Para trabajar con eficacia y, sobre todo, con la máxima seguridad, se requiere un trabajo en equipo verdaderamente profesional“, afirma Matthias Wirtz. Fabian Ueck asiente: „Cuando se trabaja con cargas pesadas y grandes máquinas, hay que comunicarse continuamente, sobre todo siempre de manera abierta y honesta, para estar preparados en cada situación de la mejor manera posible.“ Como equipo, crecemos juntos rápidamente en la obra, por encima de todas las fronteras empresariales y lingüísticas.

Desde su cabina a seis metros y medio de altura, Fabian Ueck cuenta con una muy buena vista de toda la zona de trabajo, apoyado por un gran número de cámaras y el potente sistema de control de la grúa. Esto es especialmente importante cuando la grúa sobre orugas se desplaza con carga. Esto se debe a que Ueck no solo tiene que vigilar la carga en el gancho, sino también el contrapeso suspendido que mantiene la grúa en equilibrio durante la elevación. Tras la elevación, Ueck coloca las 500 toneladas de contrapeso suspendido en una plataforma móvil propia, un SPMT (transportador modular autopropulsado) de 48 ejes. „Todo está interconectado“, comenta satisfecho.

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Prepararse antes de la tormenta

Para consternación de los jefes de proyecto de Siemens Gamesa Renewable Energy en el muelle Gloria, a menudo es necesario poner la grúa en modo inactivo durante horas o incluso días. Esto se debe a que aquí sopla el mistral cada pocas semanas. El famoso viento descendente del valle del Ródano a menudo barre el Mediterráneo a velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora. „Cuando hay mucho oleaje, ya no basta con colocar la grúa a favor del viento. En tales situaciones, tenemos que retirar completamente la pluma y el contrapeso suspendido y esperar a que pase la tormenta“, dice Ueck. Sin embargo, asegurar la grúa siempre requiere mucho tiempo. Se tardaron cuatro horas en bajar y subir la pluma. „Pero así es la naturaleza, no se puede hacer nada. Una vez colocado el aerogenerador, todos disfrutan de la brisa fuerte. Pero no tanto antes.“

Por eso, en pleno verano, el equipo de la obra debe consultar las previsiones meteorológicas. Dado lo apretado del calendario, el equipo de la obra no tiene mucho tiempo para ponerse las chanclas y disfrutar de unas vacaciones en la Costa Azul. Y no en vano, al fin y al cabo, Fabian Ueck y su equipo de gruistas se alojan en casas móviles en un camping cercano con acceso a la playa. „Esto nos permite relajarnos cuando acaba la jornada“, afirma Ueck satisfecho. Y, sin duda, fue también todo un alivio cuando el plazo de montaje previsto inicialmente para seis semanas se convirtió en un total de tres meses. „Desde luego, es estupendo que el trabajo se desarrolle en un lugar tan vacacional. Las excursiones de fin de semana a Marsella, a las salinas del Étang de Berre o contemplar a las bandadas de flamencos de la Camarga fueron una gran experiencia para todos.“

„Los parques eólicos marinos flotantes llevan la generación de electricidad verde a un nuevo nivel. Tienen mucho futuro.

Fabian Ueck, gruista

Un verdadero espectáculo

Antes del proyecto „Provence Grand Large“, no obstante, Fabian Ueck nunca había participado en un trabajo que fuera tan espectacular visualmente. „No paraban de llegar autobuses llenos de escolares y estudiantes, políticos, científicos y representantes de los medios de comunicación para informarse sobre el proyecto y visitar las obras. Todo el mundo está pendiente de lo que hacemos aquí“, explica Minka St. James „Los parques eólicos marinos flotantes llevan la generación de electricidad verde a un nuevo nivel. Tienen mucho futuro. Todos los participantes del proyecto lo perciben claramente.“

Fabian Ueck se queda calmado. Una vez levantado el primer aerogenerador, la tensión desaparece. Lo que se mantiene es la concentración necesaria para transportar y levantar los componentes. „Todo estaba en su punto. La grúa adecuada, en el lugar adecuado, para el fin adecuado“, afirma satisfecho este gruista. Cuando el 11 de octubre de 2023 la dirección del proyecto „Provence Grand Large“ anunció la instalación exitosa de los tres aerogeneradores flotantes en alta mar, la LR 11350 y el equipo de Schmidbauer ya estaban en la siguiente obra. En lo alto de los Alpes franceses, tienen que desmontar un puente sobre un desfiladero en un espacio muy reducido. „Creces con tus tareas“, dice el gruista con satisfacción en su mirada. Al menos no sopla el mistral. Pero podría nevar pronto.

Campo de investigación en alta mar

Los parques eólicos flotantes abren un „nuevo territorio“ en alta mar. Solo una pequeña parte de los océanos del mundo es lo bastante poco profunda (menos de 60 metros) para poder anclar en el lecho marino turbinas marinas convencionales con los llamados monopilotes. Sin embargo, los aerogeneradores flotantes pueden anclarse al fondo marino con cables de acero en zonas con una profundidad de hasta 300 metros. Son, por tanto, una solución para la energía eólica en emplazamientos marinos en todo el mundo que hasta ahora no se podían aprovechar.

Además de las ventajas de ubicación del proyecto piloto „Provence Grand Large“, los colaboradores de la comunidad científica también investigan los aspectos ecológicos y de biología marina que afectan a la expansión de la energía eólica marina. Entre otras cosas, un radar ornitológico registra los movimientos de las aves migratorias y marinas. Para ello, se instaló una estación de radar en la playa Napoleón de Port-Saint-Louis-du-Rhône y otra en una de las plataformas flotantes. Por primera vez será posible medir si los parques eólicos marinos influyen en las rutas naturales de vuelo de las aves y, en caso afirmativo, cómo lo hacen.

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„Pioneros“ en una nueva dimensión de la energía eólica marina

¿Está el proyecto piloto „Provence Grand Large“ estableciendo nuevas pautas en la generación de energía eólica marina? Hemos preguntado a Jan Vollrath, vicepresidente de ventas de Siemens Gamesa Renewable Energy.

Señor Vollrath, ¿qué importancia tiene para Siemens Gamesa el proyecto piloto „Provence Grand Large“?

PGL fue nuestro primer proyecto en alta mar y nuestro primer proyecto flotante en Francia. También es el primer proyecto que utiliza la denominada Plataforma de Patas Tensadas („TLP“, en inglés) con una estructura flotante anclada verticalmente. Este modelo ofrece una serie de ventajas frente a otros conceptos y creemos que también puede utilizarse para otros proyectos flotantes aún mayores a medio plazo.

¿Qué requisitos suponía el proyecto piloto para la cooperación entre los socios del proyecto?

El proyecto PGL fue „el primero de su clase“ en muchos aspectos. Por ello planteaba exigencias especiales a todos los asociados del proyecto implicados. Toda una serie de actividades se planificaron y llevaron a cabo de forma cooperativa desde el principio, por ejemplo la instalación del buje directamente sobre el fundamento flotante. Se utilizaron nuevas herramientas, procesos y tecnología de grúas. También para nuestros equipos suponía explorar un nuevo territorio.

¿Qué significa esto para la cooperación entre las empresas implicadas?

En principio, los proyectos piloto plantean un reto especial a la cooperación entre los asociados del proyecto. Esto requiere una comunicación y coordinación aún más intensas de lo habitual. Y la confianza de los participantes en el proyecto en las capacidades del resto de los coloboradores es de vital importancia. En este sentido, la cooperación en el proyecto PGL fue excelente, lo que constituyó la base de su éxito.

¿Qué lecciones podemos extraer para la energía eólica marina del futuro?

Hemos descubierto que podemos mejorar aún más nuestra propia preparación para este tipo de proyectos especiales, tanto en lo que respecta a la formación y preparación técnica de nuestros empleados como a la preparación de nuestros equipos. Usualmente construimos instalaciones mar adentro en aguas del norte de Europa, donde las condiciones son distintas de las del Mediterráneo.

¿Por ejemplo?

En particular, las altas temperaturas ambientales combinadas con fuertes vientos fueron una experiencia nueva para nosotros y nos mostraron nuestros límites en algunas áreas, en las que ahora seguiremos trabajando. Estoy convencido de que en el futuro veremos más turbinas eólicas marinas en regiones más cálidas. El proyecto PGL ha resultado una experiencia muy valiosa en ese sentido.